¿Qué es la hidrocefalia? Tipos y síntomas
¿Qué es la hidrocefalia?
La hidrocefalia es una condición médica que se caracteriza por la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos cerebrales, que son las cavidades llenas de líquido en el interior del cerebro.
¿Cómo se genera la hidrocefalia?
El líquido cefalorraquídeo es un líquido claro y acuoso que enfrenta el cerebro y la médula espinal. Es importante para proteger y amortiguar el cerebro y la médula espinal de golpes o lesiones, suministrar nutrientes y eliminar productos de desecho. Se produce en los ventrículos cerebrales, cavidades dentro del cerebro, y fluye a través de conductos y cisternas, circulando alrededor del cerebro y la médula espinal. Después de cumplir sus funciones, se reabsorbe en la sangre a través de estructuras llamadas vellosidades aracnoideas, que actúan como un especie de puertas de salida para el líquido cefalorraquídeo, permitiendo su retorno al torrente sanguíneo. La hidrocefalia se genera cuando se presentan problemas en alguno de estos procesos, como un exceso de líquido cefalorraquídeo, obstrucciones en los conductos o cisternas, o una disminución en la reabsorción del líquido cefalorraquídeo en vellosidades aracnoideas
¿Cuáles son los síntomas de la hidrocefalia?
Los síntomas de la hidrocefalia pueden variar según la edad de la persona afectada y la gravedad de la condición. Algunos de los síntomas más comunes son:
1. En bebés y niños pequeños:
- Cabeza de mayor tamaño en comparación con otros bebés de la misma edad (macrocefalia).
- Fontanelas (puntos blandos en el cráneo) abultadas o separadas
- Hinchazón o tensión de las venas del cuero cabelludo.
- Llanto agudo y persistente.
- Dificultades para alimentarse o tragar.
- Vómitos frecuentes.
- Problemas de sueño.
- Retraso en el desarrollo motor o cognitivo.
- Irritabilidad o cambios en el estado de ánimo.
- Convulsiones.
2. En niños mayores y adultos:
- Dolores de cabeza, a menudo acompañados de náuseas y vómitos.
- Cambios en la visión, como visión borrosa o doble, dificultad para enfocar o pérdida de la visión periférica.
- Problemas de equilibrio y coordinación.
- Dificultad para caminar o mantener el equilibrio.
- Cambios en el comportamiento, la personalidad o la memoria.
- Problemas de concentración y atención.
- Incontinencia urinaria.
- Debilidad muscular o dificultad para mover los brazos o las piernas.
- Problemas de sueño, como somnolencia excesiva o dificultad para conciliar el sueño.
¿Cuáles son los tipos de hidrocefalia?
Existen varios tipos de hidrocefalia, que se clasifican según las características específicas de cada caso. Los tipos más comunes, suelen ser:
- Hidrocefalia comunicante: En este tipo de hidrocefalia, existe una alteración en la absorción del líquido cefalorraquídeo en el espacio subaracnoideo, lo que provoca una acumulación de líquido en los ventrículos cerebrales. No hay obstrucciones en los conductos por donde fluye el líquido cefalorraquídeo, y la comunicación entre los ventrículos cerebrales y el espacio subaracnoideo está intacta. Puede ser causada por traumatismos, infecciones o inflamaciones.
- Hidrocefalia no comunicante u obstructiva: En este tipo de hidrocefalia, existe una obstrucción en el flujo normal del líquido cefalorraquídeo, lo que impide su drenaje adecuado y provoca su acumulación en los ventrículos cerebrales. La obstrucción puede ocurrir en diferentes puntos del sistema ventricular, como los conductos de Luschka y de Magendie, el acueducto de Silvio o los forámenes de Monro. Puede ser causada por malformaciones congénitas, tumores cerebrales, hemorragias o adherencias postquirúrgicas.
- Hidrocefalia de presión normal (hidrocefalia normotensiva): Se caracteriza por la acumulación de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos cerebrales, pero sin un aumento significativo de la presión dentro del cráneo. Por lo tanto, los síntomas pueden ser diferentes y pueden incluir dificultades en la marcha, deterioro cognitivo y problemas de control de la vejiga. Suele afectar a personas de edad avanzada y puede estar asociada con enfermedades como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.
- Hidrocefalia de presión alta (hidrocefalia hipertensiva): En este tipo de hidrocefalia, hay un aumento significativo de la presión dentro del cráneo debido a la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos cerebrales. Puede ser causada por una sobreproducción de líquido cefalorraquídeo, una obstrucción en el flujo normal del líquido cefalorraquídeo o una disminución en la absorción del líquido cefalorraquídeo.
Estos son solo algunos ejemplos de tipos de hidrocefalia. Es importante destacar que cada caso puede ser único y requerir un enfoque individualizado en el diagnóstico y tratamiento.
¿Quiénes pueden padecer de hidrocefalia?
La hidrocefalia puede afectar a personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta adultos mayores. Las causas y los factores de riesgo pueden variar según la edad.
En los recién nacidos y los lactantes, la hidrocefalia congénita es una forma común de hidrocefalia. Puede ser causada por malformaciones cerebrales presentes desde el nacimiento, como el estrechamiento de los conductos por donde fluye el líquido cefalorraquídeo, defectos en el desarrollo cerebral o problemas en la absorción del líquido. Algunas de estas malformaciones pueden ser detectadas durante el embarazo mediante ultrasonidos o pruebas genéticas.
En los niños mayores y los adultos, la hidrocefalia puede ser adquirida debido a diversas razones, como lesiones cerebrales traumáticas, hemorragias cerebrales, tumores cerebrales, infecciones (como meningitis) o bloqueo del flujo normal del líquido cefalorraquídeo. También puede ser consecuencia de ciertas enfermedades, como la hidrocefalia normotensiva, que se presenta en personas de edad avanzada y se caracteriza por la acumulación de líquido cefalorraquídeo sin un aumento de la presión intracraneal.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de hidrocefalia?
El diagnóstico de la hidrocefalia generalmente se realiza a través de una evaluación médica completa que incluye los siguientes pasos:
- Historia clínica: El médico recopilará información sobre los síntomas presentes, la duración de los mismos y cualquier antecedente médico relevante. También se tomará en cuenta la edad del paciente y cualquier evento traumático o condición médica subyacente.
- Examen físico: El médico realizará un examen físico detallado para evaluar los signos y síntomas de hidrocefalia, como el tamaño de la cabeza, la presencia de fontanelas abultadas o tensas en los lactantes, cambios en el tono muscular, problemas de equilibrio y coordinación, entre otros.
- Pruebas de imagen: Se utilizan pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico de hidrocefalia y determinar su causa subyacente. Estas pueden incluir:
- Ultrasonido: En los recién nacidos y lactantes, el ultrasonido transfontanelar es una herramienta común para evaluar la presencia de hidrocefalia y sus posibles causas. Es una técnica no invasiva y segura que utiliza ondas de sonido para crear imágenes de los ventrículos cerebrales.
- Tomografía computarizada: La TC utiliza rayos X y una computadora para obtener imágenes detalladas del cerebro. Puede ayudar a identificar obstrucciones, tumores u otras anormalidades que causen hidrocefalia.
- Resonancia magnética:Proporciona imágenes más detalladas del cerebro utilizando campos magnéticos y ondas de radio. Es especialmente útil para visualizar el flujo del líquido cefalorraquídeo y detectar malformaciones cerebrales.
- Punción lumbar y medición de presión del líquido cefalorraquídeo: En algunos casos, se puede realizar una punción lumbar para extraer una muestra del líquido cefalorraquídeo y medir su presión. Esto puede ayudar a determinar si hay un aumento de la presión y a descartar otras condiciones relacionadas.
¿Cuál es el tratamiento de la hidrocefalia?
El tratamiento de la hidrocefalia generalmente implica la colocación de un sistema de derivación y, en algunos casos, puede requerirse cirugía para abordar la causa subyacente de la hidrocefalia. Aquí se describen los principales enfoques de tratamiento:
- Derivación ventriculoperitoneal: Es el tratamiento más común para la hidrocefalia. Consiste en la colocación de un sistema de derivación que desvía el exceso de líquido cefalorraquídeo de los ventrículos cerebrales hacia otra parte del cuerpo, como el abdomen, donde puede ser reabsorbido. Este sistema consta de un catéter que se coloca en un ventrículo cerebral, un sistema de válvulas para regular el flujo del LCR y otro catéter que se dirige hacia el abdomen.
- Derivación ventriculoatrial o ventriculopleural: En algunos casos, cuando la derivación ventriculoperitoneal no es factible o está contraindicada, se puede optar por una derivación ventriculoatrial o ventriculopleural. Estos sistemas de derivación desvían el líquido cefalorraquídeo hacia la cavidad torácica (ventriculoatrial) o la cavidad pleural (ventriculopleural) para su reabsorción.
- Endoscopia: En ciertos casos, se puede realizar una cirugía endoscópica para tratar la hidrocefalia. Mediante el uso de un endoscopio, se pueden realizar procedimientos como la tercer ventriculostomía, donde se crea un nuevo paso para permitir que el líquido cefalorraquídeo fluya hacia el espacio subaracnoideo sin la necesidad de una derivación.
- Tratamiento de la causa subyacente: Si la hidrocefalia es causada por una obstrucción, un tumor u otra alteración específica, puede ser necesario realizar una cirugía para abordar esa causa subyacente. Por ejemplo, la extirpación de un tumor o la corrección de una malformación congénita pueden ser parte del tratamiento.
Es importante visitar a un especialista en neurología o neurocirugía para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado para la hidrocefalia, puesto que cada paciente es diferente y puede presentar síntomas que se asocien a otras enfermedades impidiendo su diagnóstico o requerir un tratamiento específico.